Los laboratorios de análisis clínicos, de acuerdo
con sus funciones, se pueden dividir en:
- Laboratorios de rutina o de seguimiento:
Los laboratorios de rutina tienen cuatro
departamento
básicos: Hematología, Inmunología, Microbiología y Química
Clínica (o Bioquímica). Los
laboratorios de rutina pueden encontrarse dentro de
un hospital o ser externos a éste. Los laboratorios
hospitalarios, con frecuencia tiene secciones consideradas de urgencia,
donde se realizan estudios que servirán para tomar decisiones críticas en
la atención de los pacientes graves. Estudios tales
como citometría hemática, tiempos
de coagulación, glucemia, urea, creatinina y
gases sanguíneos.
- Laboratorios de especialidad:
En los laboratorios de
pruebas especiales se realizan estudios más sofisticados, utilizando
metodologías como amplificación de ácidos nucléicos, estudios
cromosómicos, citometría de flujo y cromatografía de alta
resolución, entre otros. Estas pruebas requieren instalaciones y
adiestramiento especial del personal que las realiza. Con frecuencia,
estos laboratorios forman parte de programas de investigación.
Es importante también considerar,
dentro del proceso de análisis, la obtención de las muestras biológicas. Este
proceso conocido como toma de muestras, abarca la flebotomía, proceso por
el cual se extráe una muestra de sangre; la obtención de otro tipo de muestras,
como orina y heces; y la extracción de otros líquidos
corporales, como líquido cefalorraquídeo o líquido articular.
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